Los métodos que siguen el primer enfoque son relativamente fáciles de aplicar:
- La fermentación por lo general se detiene antes de alcanzar un contenido de 0,5 por ciento de alcohol en volumen. En este proceso, la adición de la levadura (y preparación del mosto) es realizada a temperaturas de unos 5,0 grados Celsius, para iniciar la fermentación. El objetivo es que la fermentación sea lo más lenta posible y, por lo tanto, controlable. Cuanto más tiempo se pueda mantener el tiempo de contacto entre la levadura y el mosto antes de que el contenido de alcohol alcance el valor límite, más se degradan las sustancias aromáticas indeseadas del mosto.
- El método por contacto en frío, en el que el mosto se prepara a temperaturas muy bajas, por debajo de los 0,0 grados Celsius, casi no produce alcohol. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la levadura debe mantenerse en suspensión mediante recirculación, para que se pueda producir la degradación de los aromas de mosto.
- El uso de levaduras negativas en maltosa, las cuales pueden metabolizar glucosa, fructuosa y sacarosa, pero no maltosa, es un método bastante simple para producir cervezas sin alcohol.
Sin embargo, debido a que en este proceso siempre hay un alto extracto residual, estas cervezas deben ser pasteurizadas para evitar que las botellas se revienten.
Las cervecerías deben invertir en nuevos equipos si optan por eliminar el alcohol después del proceso de producción. Los métodos que más se han impuesto son procesos térmicos o procesos de filtración por membranas:
- Los procesos térmicos suelen llevarse a cabo bajo vacío a temperaturas moderadas. Consisten en desalcoholizar la cerveza previamente descarbonatada por destilación. Del condensado resultante y del dióxido de carbono eliminado, se pueden recuperar los compuestos aromáticos y añadir a la cerveza sin alcohol.
- El proceso de filtración por membranas mediante ósmosis inversa, que separa el alcohol bajo presión a través de una membrana semipermeable, es especialmente adecuado para cervezas de fermentación baja. Así, la cerveza no está sometida a estrés térmico, lo que se refleja en la calidad de las cervezas. En comparación, este proceso requiere la mayor cantidad de energía y agua, especialmente si se quiere alcanzar menos del 0,05 por ciento de alcohol en volumen.
Nueva tecnología con levaduras Crabtree negativas
Desde hace algún tiempo, unas levaduras especiales, llamadas Crabtree negativas, son cada vez más populares. Al igual que las levaduras de cerveza tradicionales, metabolizan el azúcar contenido en el mosto en alcohol en condiciones anaeróbicas, es decir, en ausencia de oxígeno. Sin embargo, a diferencia de sus homólogas clásicas, dejan de producir alcohol en cuanto se encuentran en un entorno aeróbico, es decir, con oxígeno. Entonces producen compuestos aromáticos, pero no alcohol. Estos compuestos aromáticos tienen un efecto enmascarador de los aromas del mosto que suelen ser típicos de las cervezas sin alcohol, por lo que los consumidores ya no los perciben. Si se mantiene un ambiente aeróbico durante la fermentación, se pueden producir cervezas de 0,0 por ciento de alcohol en volumen. Esto significa que el tanque debe ser ventilado permanentemente. Para los tanques de fermentación, que en realidad están diseñados para condiciones anaeróbicas, esto es un desafío.